
La nieve mola, pero hay que adecuar la ropa y el calzado para su correcto disfrute. Los niños están deseando salir, les da da igual el día y la estación del año. Pero en otoño ya hay que ir pensando en armarlos con unas buenas botas de nieve de niño.
Este tipo de bota sirve para asegurar el calorcito y la protección del pie frente a los charcos, la nieve y el hielo. A la velocidad que crecen los más peques, las botas de las que hablamos pueden hacer las veces de las de vestir y las de agua sin problema. Se trata de una inversión inteligente cuando empieza a entrar el frío.
Aunque no siempre es la causa cuando hablamos de niños, la humedad, el hielo y la nieve hacen del suelo una pista de patinaje sin frenos que más vale evitar. Tanto los más pequeños como los mayores debemos prestar atención al calzado y contar con unas suelas que nos ayuden a caminar por las superficies invernales con seguridad.
¿Qué modelos hay?
Las botas de cuero de toda la vida son esenciales como fondo de armario; con un buen calcetín aseguran confort los primeros días de frío. Son las ideales a la hora de vestir clásico o para ocasiones más elegantes. Ahora se ha puesto de moda cambiar cordones por lazos en las botas de las niñas y somos muy fans porque ayuda a la hora de combinar colores.
Para ocasiones más deportivas o lúdicas, como puede ser ir al parque o a pasear por la naturaleza, sí que debes hacerte con unas botas de nieve o de montaña. También se les llama botas après ski, su nombre indica que son para después de esquiar. Estas pueden hacer las veces de las botas de agua pues son impermeables, aunque más sofisticadas que las simples botas de goma que usamos para el agua.
Hay varios modelos: de cuero con forro de borreguillo, de fibra sintética con interior de poliéster, botas de agua forradas, con acabado de pieles o pelo, con tela térmica. Hay para todos los estilos y son lo más práctico para que los niños tengan los pies bien abrigados todo el invierno, que es por ahí por donde cogen frío según las sabias abuelas.
¿Cómo tienen que ser?
El interior del zapato o de la bota debe ser caliente; esto no ocurre, por ejemplo, con las botas de agua que suelen ser para momentos cortos de pisar charcos y nada más. Y es que deben permitir que la humedad se elimine hacia el exterior manteniendo el interior de la bota seco y calentito.
Las más clásicas están hechas de cuero, que, forradas en su interior con lana de oveja merina, garantizan comodidad y son una combinación más adecuada a la ropa más formal. Y es que, una vez le quitas el abrigo en el interior, igual las botas de nieve de niño no quedan ya tan ideales, cuida ese detalle según donde vayas a llevar a tu peque.
Tanto las botas de cuero como las de nieve, debes elegir las que tengan una suela dentada que proporcione un buen agarre. Aquí ganan las de nieve pues todas están diseñadas para ser eficaces en suelos deslizantes y a muy bajas temperaturas, así que también aíslan mejor los pies del frío y del agua. Las puntas redondeadas son las más aconsejables a la hora de andar por la nieve. Las suelas suelen ser más gruesas que en cualquier otro calzado y eso da menos flexibilidad, así que intentemos quitar dificultad analizando bien el modelo de bota… y de niño.

Los detalles
Los niños tienen que estar cómodos y protegidos porque van a jugar, correr, pisotear, saltar y descubrir todo lo que se encuentren a su paso. En invierno, las hojas secas en el suelo, los charcos, el barro y la nieve son factores de un atractivo bestial (y no sólo para los niños, ¿verdad?). En los detalles está la seguridad que les permita disfrutar sin miramientos.
Para ayudar a los peques a ir siendo independientes, si las botas de nieve de niño que elijas tienen una cremallera a lo largo de todo el zapato, se las podrán poner y quitar solos. De no llevar esa cremallera, elige un modelo con gomas ajustable, también son ideales, pero le va a costar un pelín más al peque calzarse por sí mismo.
El ajuste lateral con velcro, además de ser más fácil para ellos que el uso de cordones, es de gran ayuda a la hora de ajustar la bota al ancho de la pierna impidiendo así que entre nieve o lluvia en la bota. Considera el comprarle un número más grande ya que llevan pelo o forro por dentro. Si ves que le queda grande puedes ponerle calcetines más gruesos o una plantilla de lana de oveja, verás qué pronto la terminan llenando solitos y puedes volver al calcetín de siempre.
Y la moda, ¿qué?
Cierto es que en lo que concierne a las botas para el agua o la nieve, tanto los modelos como los colores, tienden más a ser seguras y prácticas que elegantes y combinables con la ropa. Las botas après sky, por ejemplo, deben tener colores chillones por si hay que buscarte en la nieve, vestirse todo de blanco en ese caso, sería más para ir de camuflaje como en Star Wars.
Las botas favoritas de las niñas más pequeñas suelen ser de colores rosa o lila con forro bonito, brillos o detalles florales. Las de las niñas más grandes son las negras y de charol. Los niños miran más por modelos oscuros que parecen más botas de trekking, de color marrón, negro o azul marino. A los niños les va más combinar con vaqueros o chinos, lo del brilli les importa menos.
A crecer con las botas puestas
Unas buenas botas de nieve son las mejores aliadas para cuidar de nuestros pequeños tanto después del esquí como durante las actividades en la naturaleza. Que pisen nieve y salten en charcos en esos paseos de fin de semana en familia y que vayan calentitos al cole hasta la primavera.