El cochecito es el icono de la llegada de un niño al mundo. El carricoche es el símbolo que ha sustituido a la cigüeña viniendo de París con un bebé envuelto en un paño colgando del pico. El capazo sobre un elevado chasis con ruedas grandes es la señal de que hay un bebé en camino y es una de las primeras cosas que vas a comprar.
El carrito es uno de los artículos imprescindibles cuando te vas a aventurar en la crianza, es el medio de transporte de tu bebé y sus enseres durante sus primeros meses de vida. La elección del cochecito ideal depende de muchos factores y, al ser una inversión importante, es mejor estar bien informado sin pasar por alto las tendencias de la moda.
Últimamente vemos a muchos famosos que se decantan por los modelos más clásicos. Los carritos de toda la vida, los que salen en los dibujos y en las películas, son esos que tienen un aire glamuroso tan propio del estilo vintage dando esa imagen de cuento que buscan los paparazzi.
Teniendo en cuenta que la oferta en modelos y estilos de cochecito de bebé es muy grande, necesitarás un poquito de tiempo antes de decidirte por el correcto. Suele ser un artículo que algún allegado insiste en regalar al pequeño, así que mejor que empieces a buscar con margen de tiempo suficiente si puede depender de envíos u otros factores ajenos a tu voluntad. Si estás leyendo este artículo porque eres quien quiere regalar este imprescindible artilugio, conviene que te pongas las pilas.
¿De dónde salen estos carritos tan monos?
El inventor del cochecito para bebés fue William Kent. Este arquitecto ideó por encargo una cesta decorada y con ruedas que iba tirada por un pony o una cabra para pasear y divertir a los niños del duque de Devonshire por los jardines. Así nació, en 1733, este artículo imprescindible para los padres de hoy, que por aquel entonces sólo estaba al alcance de las personas de la alta sociedad.
Los cochecitos de aquella época estaban hechos de madera o de mimbre con unos acabados metálicos de lujo carísimo y, aunque hoy se han puesto de moda, estos suelen utilizarlos los fotógrafos en sus estudios para dar la magia de aquellas fotos en sepia a los papás que hacen reportajes fotográficos artísticos a sus retoños.
En 1848 Charles Buton les puso manillar y poco a poco fueron perfeccionando la estabilidad del chasis, la posición de la cesta y ajustes en las ruedas de manera que los carricoches fueron alcanzando una mayor seguridad y facilidad en su manejo. Ya a principios del siglo veinte había un cochecito en todos los hogares como hoy, solo que ahora tenemos una gama inmensa para todos los gustos, momentos y usos.
En los carritos retro no podemos pasar por alto detalles como la seguridad, la utilidad de cada modelo y la importancia de la tecnología aplicada a la puericultura. Hay cantidad de empresas que se esfuerzan en ofrecer lo mejor de lo mejor, así que tómate tu tiempo para encontrar el que se ajusta a tu modo de vida porque, como verás, hay de todo y para todos los bolsillos.
La Inglesina nació en Italia y se llamó London
En los años sesenta e inspirado por la elegancia londinense, Liviano Tomasi diseñó un cochecito para niños con ruedas grandes y un precioso chasis de madera que ha ido marcando tendencia hasta hoy. Desde entonces no han dejado de vender esos carros, pero encontramos muchas marcas que han creado maravillas de la estética en coches infantiles.
La elegancia de estos carritos de bebé es renombrada, por eso la mencionamos aquí, ya que mucha gente se refiere al cochecito de bebé retro por ese nombre. Las marcas son numerosas y cada una intenta diferenciarse de las demás diseñando modelos imbatibles.
Si eres fan de los acabados de lujo no olvides tener en cuenta la comodidad y el confort. Hoy en día esta combinación es posible, antiguamente la seguridad era bastante cuestionable por la ligereza de sus estructuras y la independencia de movimiento de sus ruedas. La tecnología a puesto al alcance de todas estas maravillas plegables, ligeras y estables: son caros.
¿La estética por encima de la practicidad?
En tu búsqueda por dar con el cochecito perfecto para tu bebé has visto que los hay de muchos tipos: los pequeños para que quepan en el coche, los dobles para gemelos o hermanitos con poca diferencia de edad, los desmontables con el trío silla, capazo y silla de coche, los que están diseñados para los papás y mamás runners, que son todoterrenos ideales también si viajas o te van los paseos por la naturaleza.
Antes, la elegancia estaba bastante reñida con el confort; no estás igual de cómodo en el sofá de casa con un chándal que en una gala de etiqueta. Lo bueno que tienen los carritos de bebé actuales es que sí puedes dar rienda suelta al glamour al mismo tiempo que cuidas la seguridad y la manejabilidad de este medio de transporte para bebés.
La tecnología también está al servicio de la moda, y brilla cuando combina líneas vintage de capazos con capotas de curvas exquisitas que protegen a tu bebé del sol y la lluvia con suspensiones a la altura de la fórmula uno. Aunque sean preciosos y con eso te baste, cuida que sus telas sean lavables y fácilmente desmontables para conservar los colores, elegantes oscuros o finísimos pastel, que combinen con tus looks más exigentes.
¿Quieres un cochecito vintage?
Cada persona es un mundo y en la variedad está el gusto. Si lo quieres todo, opta por un carricoche que una la tecnología de hoy con la elegancia de ayer. Puedes adquirir un carrito “de batalla” y un cochecito para las ocasiones de postín, como hacen muchos famosos; algunos tienen tantos carritos como automóviles de colección, uno para cada ocasión o entorno. Pero eso ya es otro tema…
Y, por si no das con el tuyo, no olvides que siempre habrá una abuela dispuesta a darle este toque vintage que estás buscando con sus creaciones artesanales, si lo retro de alta gama se te va de presupuesto.