
Es muy difícil tener claro cómo proteger a tu bebé de cualquier cosa, ¿verdad? En este artículo queremos ayudar a despejar tus dudas. Hemos analizado si las gafas de sol para bebés son aconsejables o no y cuándo, para intentar arrojar algo de luz, valga la redundancia, sobre este tema.
El sol es fuente de vida y salud, tanto física como mentalmente, y a la vez debemos protegernos de sus rayos ultravioletas directos que pueden ser dañinos para nuestra piel y nuestros ojos. Los bebés son muy sensibles porque aún no se han terminado de adaptar al mundo que los acaba de recibir.
Como buenos padres, vamos a buscar qué problemas podemos evitar con el uso de las gafas de sol para bebés de cero a tres años. Hay que andarse con ojo en el tema de la vista de los más peques. Tenemos que saber elegir entre calidades, modelos y marcas. Lo mejor es que nos guíe un profesional de la vista, un óptico o un pediatra.
Los ojos de los niños necesitan protección
Los especialistas de la salud visual sostienen que, si ponemos gafas de sol al bebé en exceso, podría tener problemas de vista en el futuro. Puede ser malo que se acostumbre a esa oscuridad artificial. El peligro reside en su abuso, pues puede provocar que el mecanismo de contracción pupilar no se desarrolle bien y más adelante se deslumbre con facilidad.
También dicen que, si llevan mucho tiempo las gafas a esa temprana edad, puede que se altere la manera natural de percibir los colores. No son teorías demostradas, pero los argumentos convencen bastante: hay que ser prudentes con este tema, como con todos. No hay que abusar del uso de gafas de sol para bebés.
Por otra parte, igual que protegemos la piel del sol con cremas solares, también tenemos que proteger los ojos. La exposición al sol es sana si lo hacemos con mesura y precaución, así que gafas sí cuando vamos a la playa o a la nieve. O sea, úsalas cuando la luz sea agresiva, no sistemáticamente cada vez que salgas a la calle con tu bebé.
¿Problemas a la vista?
En ojos de los bebés hay partes, más concretamente el cristalino, que estarán aún bastante tiempo en desarrollo. Por lo visto, durante el primer año de vida deja pasar bastante radiación UVA y UVB. Esto puede causar daños en la retina, que es muy sensible y puede ir acumulando daños con el tiempo.
Volviendo sobre la cuestión de la piel y el sol, los párpados, como el resto de la dermis, pueden dañarse con la luz solar (incluso más, porque son una zona bastante sensible). Echar crema en los ojos, bueno, es desagradable y peligroso, así que aquí las gafas de sol para bebés ganan un punto positivo.
Un recordatorio seguramente innecesario pero que no está de más: nunca hay que mirar directamente al sol, ni siquiera con gafas de sol puestas. Tal vez nos dé la sensación de que no pasa nada, pero los rayos pasan y dañan. Las lesiones pueden ser brutales y todas tienen un factor común, que es “una larga exposición al sol”. Hagamos uso del sentido común a la hora de exponer a las niñas, y los niños, de nuestros ojos, a excesos de luz.

¿Complemento de moda o protección?
Nada más gracioso que un bebé con unas Ray-Ban y una chupa de cuero, o una minidiva con una pequeña pamela posando a lo Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. Todos somos fashion victims y hay que reconocer que las gafas de sol son el complemento ideal para cualquier posado o photocall que se precie.
Así que ¡claro que podemos jugar con nuestros pequeñajos y comprar gafas de sol molonas! Las hay en forma de piñas o corazones, de Minnie Mouse con esquinas brillantes o de cualquier otro personaje de moda. Unas gafas de sol combinadas con un gorrito con visera, sombrero o sombrilla forman un tándem perfecto.
Las gafas buenas las encontrarás en ópticas, tiendas de deporte o páginas webs con productos de calidad contrastada. Busca modelos resistentes, a prueba de aterrizajes forzosos y movimientos experimentales a escala Richter. Es mejor que lleven gomas ajustables, claro. Cuida que sean gafas de materiales hipoalergénicos, ergonómicas, ligeras y blandas.
Consejos prácticos
El mejor sitio para comprar unas gafas del tipo que sea, siempre será una óptica. Allí te aconsejan bien y adaptarán los cristales a las necesidades de tu bebé. Además, disponen de una amplia gama de marcas y precios estando siempre a la última en modelos, tendencias y accesorios, pues es a lo que se dedican. De todas formas, aquí van una serie de criterios de calidad a tener en cuenta.
La categoría recomendada para gafas de sol para bebés es la tres (cat. 3); ésta se rige por la cantidad de luz que dejan atravesar las lentes. Para la nieve se aconseja la categoría cuatro. Deben contar con la marca CE y con filtro UV400 que protegen tanto de rayos UVB como UVA.
Las gafas deben adaptarse a la fisionomía del pequeño, de ahí la utilidad de los accesorios o de las patillas intercambiables según la actividad para la que vaya a usarlas el niño. Si es un bebé muy pequeño, primará la elasticidad pues va a estar durmiendo con ellas mucho, básicamente.
Sol, nieve, viento y arena son una gran compañía para un fin de semana en familia o unas vacaciones inolvidables. Pero también son elementos que nos entran por los ojos… literalmente hablando. En ese sentido, las gafas de sol son el escudo que protegen los ojos de nuestros bebés del daño que las maravillas de la naturaleza pueden provocar.