Lo más importante de la lactancia es que tu bebé reciba todos los nutrientes necesarios para su óptimo desarrollo. En este texto te contamos cómo elegir la leche de fórmula más indicada en el caso de ser la opción de lactancia adecuada para tu bebé.
En algunas ocasiones es necesario usar leche de fórmula para sustituir a la leche materna o como complemento a la lactancia materna. A veces se tiene que empezar con ella desde el primer momento y otras veces hay que usarla porque necesitamos ayuda. Siempre debe venir aconsejado por tu pediatra, que será el que más sabe, por muchos consejos que te rodeen en este momento tan importante de la vida.
Se aconseja que la leche de fórmula no sustituya la leche materna en los seis primeros meses de vida de los recién nacidos. Sin embargo, como hemos comentado, la madre puede no tener la posibilidad de amamantar a su hijo por cualquier razón, así que tenemos esta magnífica alternativa estudiada y equilibrada para ayudar en la lactancia tanto al bebé como a su mamá durante esta etapa.
Cuando necesitamos refuerzos. ¡Ayuda!
A combinar la lactancia materna con leche de fórmula se le llama lactancia mixta. La lactancia mixta es una aliada también de la libertad de movimiento de una madre parcial o totalmente ocupada por cuestiones personales o laborales. No olvidemos el factor de poder descansar, que debería estar suficientemente reconocido, ya que poder delegar la alimentación del recién nacido en otra persona puede suponer un buen rato de sueño reparador para la madre.
Y es que cuando una mujer tiene a su bebé por fin en brazos parece adquirir superpoderes; pero esto no significa que se convierta en invencible. Hay muchas kriptonitas que influyen en nuestras vidas igual que antes de ser mamás: una enfermedad, el trabajo… ¡o que en vez de haber llegado un bebé han llegado varios! Historias infinitas pueden dar lugar a necesitar una lactancia basada en o completada con leche de fórmula.
También puede darse el caso en que no llegue a producirse un enganche satisfactorio, o que notemos que faltan nutrientes en la dieta de nuestro pequeño. Si esto es así, puede que nuestro pediatra nos aconseje añadir otros alimentos, primero leche de fórmula y luego otros alimentos.
Cómo introducir la leche de fórmula
Cuando el bebé ya tiene seis meses su sistema digestivo, según la Asociación Española de Pediatría, ya está preparado para recibir leche de fórmula como complemento, pues el riesgo de desarrollar intolerancias ha bajado y no les viene mal una aportación extra de nutrientes porque están creciendo muy rápido.
Si la mamá ha podido ofrecer lactancia materna a su bebé y se tiene que incorporar al trabajo, lo ideal puede ser ir completando las tomas con un poquito de leche de fórmula o remplazando una toma al día. El uso de biberón no tiene por qué influir negativamente en las preferencias alimenticias del pequeño.
Por supuesto, la cantidad de factores a tener en cuenta para elegir un tipo u otro de alimentación infantil es importante. No hay que dudar a la hora de consultar a un experto en nutrición, pediatra o médico de familia.
Tipos de leche de fórmula
La composición y la fabricación de la leche artificial infantil está sometida a normas precisas y muy rigurosas que garantizan tanto sus cualidades nutricionales como su seguridad sanitaria. Las podemos encontrar en el supermercado, en la zona designada para la puericultura y en las farmacias. Las hay de diferentes marcas y las hay tanto en polvo para disolver en agua como ya en forma de bebida líquida lista para usar.
La leche de inicio está especialmente formulada para bebés de cero a seis meses. Este tipo de leche suele llevar leche de vaca modificada, con proteínas y grasas vegetales y a la que se añaden vitaminas y minerales convirtiéndola en lo más parecido a la leche materna.
La leche de continuación empieza a usarse entre los seis meses y el año de vida y viene a ser un complemento enriquecido con ciertas vitaminas y nutrientes que ayudan a completar la dieta. Se aleja más de la leche materna y se combina con otros alimentos a los que se va acostumbrando el pequeño.
La leche de crecimiento es para niños más grandes, en sus primeros tres años de vida. Muchos niños ya beben leche de vaca a esta edad, pero esta leche va enriquecida además con vitaminas y minerales que estimulan el crecimiento y funcionan como aliados de la alimentación cuando estos pequeños no comen las cosas que no terminan de gustarles.
La leche de fórmula para casos especiales. Hay niños que tienen problemas de regurgitación, de digestión, de metabolización, que sufren estreñimiento y necesitan una fórmula adaptada a estos tipos de problemas. El médico te dirá cuál es la ideal en cada caso y así tu peque superará enseguida esos problemas creciendo sano y fuerte.
¿Y si queremos entender los ingredientes?
La leche de fórmula es eso, una fórmula compuesta por ingredientes que a veces no sabemos ni pronunciar, aunque los estemos leyendo; tranquilos, la han fabricado expertos como hemos dicho antes siguiendo las más estrictas normativas europeas y basadas en estudios científicos excelentes.
Para que la leche de vaca modificada aporte a nuestro bebé todo lo que le aporta la leche materna humana hay que añadir vitaminas y minerales como hierro, calcio vitamina C, vitamina D que son las que ayudan a fijar varios elementos.
Las proteínas añadidas a la modificada de la vaca para hacerla más digestiva dependen de cada fórmula, pero no suelen sobrepasar el gramo por cada cien mililitros, que es lo que suele llevar la leche materna. Suelen llevar unos 3.8 gramos de grasas vegetales añadidas por cada cien miligramos y carbohidratos como la lactosa imitando también la leche materna en este aporte de energía.
La cantidad de marcas es muy grande y según dónde vivas primarán unas u otras, lo más importante es que te tomes tu tiempo para elegir siguiendo los consejos de tu experto en nutrición infantil. Eso sí, no olvides disfrutar eligiendo el biberón más adecuado, cómodo y, por supuesto, más bonito del mundo.