Manguitos y flotadores para niños, ¡al agua, patos!

 

flotador

Cuando el baño en la piscina o en el mar implica niños, todas las medidas de seguridad son pocas.

Compramos en cualquier tienda de deporte, gran superficie o sitio de internet los que consideramos una herramienta imprescindible para nuestra cesta de la playa, hacemos acopio de manguitos y flotadores, churros o chalecos, planchas y artículos que aseguran cumplir normativas y que garantizan seguridad.

Pero, ojo, hay letra pequeña. Nunca, en ningún momento, por muy corto que te parezca que va a ser ese instante, dejes un niño en el agua sin la supervisión de un adulto en sus cabales, bien concentrado y atento.

Los mayores sustos, que no queremos hablar de desgracias, ocurren en el famoso despiste que dura nada. Hagamos lo posible por disfrutar todos del bañito este verano empezando por tener claro lo importante que es la vigilancia de los niños cuando hay agua cerca y el correcto uso de los flotadores, manguitos y demás artículos flotantes hechos para evitar algún que otro mal trago, y no de agua.

Historia del flotador

El antepasado de todos los flotadores fue el salvavidas o aro salvavidas de corcho circular rígido, con cuerdas para sujetarlo en caso de necesidad y de color llamativo hasta en la oscuridad porque estaba hecho para las embarcaciones.

Hace un tiempo no muy lejano apareció una especie de boya rosa llamada burbuja con un cinturón de dudosa capacidad de sujeción. Tenían la desagradable cualidad de que se iban soltando al deslizarse la correa poco a poco. Uno de los artículos de piscina que parecían de lujo eran los manguitos, y los flotadores con cabeza de cisne también nos sonarán a más de uno. La seguridad son los padres

Hoy tenemos una variedad pasmosa e infinita de flotadores que recientemente podemos dividir en dos grupos: los que sirven como elementos de seguridad y los de uso recreativo. Estos últimos son más para adultos que buscan la foto del verano para sus redes sociales con glamour o puesta de sol con risas cóctel en mano.

¿Cómo saber qué tipo de flotador necesito?

Como hemos venido a  hablar de nuestros bebés, la seguridad es, por descontado, la razón primordial a la hora de buscar tu flotador. Debes elegir el quemejor se ajuste a la edad, tamaño y ubicación de tu hijo.

El mejor sistema de seguridad en el agua para un niño siempre será ir en brazos de sus padres o tener muy cerca un adulto responsable, sí, lo hemos dicho antes, pero no nos cansaremos de repetirlo. El paso siguiente sería enseñar a nadar al niño cuanto antes, por si todas las medidas de prevención, accesorios de baño, manguitos y flotadores, churros o chalecos salvavidas fallaran.

Un niño que tiene autonomía es feliz. Ya sabemos que es primordial en todos los aspectos de su educación y, quién sabe, igual hasta te salvan ellos a ti venido el caso. Recuerda que el mayor peligro de un flotador es confiarse y disminuir la vigilancia hacia el nene en el agua.

Disfrutemos del baño con los niños y nunca deleguemos esta responsabilidad en otros niños, que se suele hacer demasiado y eso no es garantía precisamente de una vigilancia eficaz, aunque los hermanos mayores sean unos benditos.

Hinchable o rígido, he ahí la cuestión

Como estamos hablando de seguridad, os vamos a resumir acerca de qué material puede ser el más seguro para elegir el tipo de equipo de flotación individual o ayudas a la flotación para el aprendizaje de la natación. Estos son los términos que se utilizan en una normativa del Comité Técnico de la Asociación Española de Normalización, UNE (Normalización española).

Los flotadores hinchables para niños o los manguitos para nadar, son muy prácticos a la hora de llevarlos en la bolsa de playa, la maleta o cualquier otro sitio. Cuando no están hinchados se pueden doblar como cualquier prenda de ropa ocupando muy poco espacio.

¿Cuál es la pega? Que igual que lo hinchas se puede pinchar. Que un flotador explote o se vacíe es un peligro que debemos tener en cuenta, ojo dónde lo dejas, no lo acerques a fuentes de calor o a superficies afiladas, ni vacío ni hinchado.

En cambio, los sólidos, los que no necesitan hincharse con aire porque flota el material que lo compone, el poliestireno, no se pinchan, y, en caso de romperse, seguirían haciendo su función. La pega es su transporte, como tengas que llevar a tres pequeños a la piscina cargando tú con todos los flotadores y manguitos de material sólido… preferirás haberles puesto una peli con palomitas en casa.

manguitos y flotadores

¿Y de cuántos tipos de flotador estamos hablando?

Hay variedad de marcas, diseños, formas y modelos de manguitos y flotadores. Los flotadores clásicos son los circulares, también llamados roscos. Para los bebés, hay flotadores de seguridad con arneses o unos culotes donde van sentados como en un tacatá. Elige bien el flotador adecuado para el tamaño, la edad y la madurez del niño.

Los manguitos homologados, ajustados, con la medida adecuada e hinchados correctamente, pueden ser un buen aliado pues ofrecen estabilidad y cierta libertad en comparación con el rosco. También existe la opción de los manguitos de discos de poliestireno. Estos discos forman el manguito y se pueden ir quitando uno a uno hasta retirarlos del todo a medida que el niño coge soltura con la natación. Algo así como los ruedines en la bici.

El tercer gran sistema de flotación lo constituyen las burbujas o cinturón de corcho para niños, que sirven a los peques un poco más acostumbrados a nadar, a partir de al menos los 3 o 4 años. Ayudan a mantener el cuerpo en posición de natación, las piernas y los brazos quedan libres y pueden ejercitarse para aprender muy rápido. Como el famoso churro que es el favorito de los que ya saben nadar.

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