Ropa de esquí para niños: consejos para vestir a los más pequeños

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Primer viaje a la nieve en familia. ¿Se podrá ir a esquiar con niños? ¡Claro que sí! Se puede viajar a cualquier sitio con niños, solo tienes que ir bien preparado. Necesitas contar con ropa de esquí para tus niños y alguna que otra pista más; aparte de las verdes, azules, rojas y negras que te están llamando.

Raro es el año que no sale en la tele la imagen de niños de cortísima edad subidos a unos esquís o un snowboard que dominan con una naturalidad pasmosa. ¿Os atrevéis con los vuestros? ¡Si estás leyendo es que sí! Pues te contamos que hay ropa de esquí para niños a partir de dos años y prendas de nieve para bebés muy pequeños.

Acercarte a alguna cumbre, puerto de montaña o zona cercana a casa a ver la nieve puede ser algo más común que ir a esquiar, hasta te atreves a improvisar prendas. Ir a una estación de esquí a pasar unos días ya implica zonas más frías y debes informarte muy bien de cómo equipar bien a los más peques para que vayan protegidos y cómodos.

¿Cuándo puedes llevar a un niño a la nieve?

Los niños están bien si están con sus padres. Los padres pueden estar acostumbrados a pasar las vacaciones en la nieve, aunque vivan en zonas cálidas y quieren compartir esa pasión en familia. Está claro que si vives en Laponia estas cosas no te abruman, pero cuando es algo nuevo, es preferible asegurarse de que vamos equipados correctamente.

Un bebé recién nacido no se va a dar ni cuenta de que hay nieve. Cuando ya saben caminar empieza la diversión. Pero el verdadero disfrute empieza más o menos a los cuatro años. A esta edad los niños tienen mejor dominio de su cuerpo y una energía envidiable. Ya guardan buen equilibrio y son capaces de hacer un muñeco mejor que tú.

La ropa de nieve para bebés puede ser difícil de encontrar porque como se mueven poco ya suelen estar abrigados en el carricoche con su ropa y sus mantitas o sacos si salen a pasear. En cambio, encontrarás ropa de esquí para niños de cuatro años para arriba con facilidad en cualquier tienda de deportes o incluso de alquiler en las estaciones de esquí.

Bebé multicapa

El truco está en abrigar a los niños evitando que suden. La humedad es un factor de riesgo de resfriado a esas temperaturas. ¿Que cómo se controla eso cuando no paran quietos? Pues eligiendo bien la ropa de esquí para niños que no paran.

Empezando por lo más cercano al cuerpo, la prenda interior, el bodi o la camiseta interior, ha de ser de algodón, a ser posible bio o de lana merina que mantiene caliente, transpira de forma natural y no pica.

La siguiente prenda o capa es la camiseta de manga larga de lana o de forro polar. La ropa interior ya absorbe el sudor y la siguiente tiene la función de abrigar, permitiendo también la transpiración.

Un jersey de lana gruesa encima de esto ya sería demasiado. Tanto para la movilidad como para el calor que va a pasar la criatura con tanta capa. Usa mejor un forro polar o un jersey de lana suave.

En las piernas ponle unos leotardos térmicos y por encima unos pantalones polares con tirantes. Con todo el movimiento, resbalones, trepar montañas de nieve y demás, es posible que se vaya cayendo el pantalón dejando zonas desprotegidas. Los tirantes evitan ese posible percance.

Por último, ponle una chaqueta impermeable con relleno de fibra o plumas y que aísle del viento y la lluvia. Los bebés van enfundados en monos. Ahí metidos parecen estrellas de mar, pero como se van a mover poco ahí estarán bien.

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Detalles a los que debemos prestar atención

Los materiales de la ropa de esquí para niños son fundamentales. No debemos pensar que lo impermeable es mejor que lo traspirable y por ello sustituirlo. Lo importante es que bebé esté seco y lo impermeable viene de tejidos que impiden la circulación del aire con lo que sudarán más. Cuando dejan de moverse o se va el sol, el enfriamiento del sudor pone a los niños en riesgo de congelación.

Comprueba que los puños de las mangas y los pantalones lleven elástico que impida que se meta la nieve mientras juegan y se revuelcan por ella. Ojo también a que no les corte la circulación apretando demasiado. El cuello vuelto o elevado es conveniente ya que protege la garganta y la nuca de enfriarse por culpa del sudor.

Para todos es mejor el uso de manoplas que de guantes. Los guantes tienen más costuras y dejarán pasar mejor el frio que la manopla que además mantiene los dedos juntitos y eso ayuda a mantener el calor. Truco: si llevan un cordón de un guante a otro que se mete por las mangas no los perderán.

Accesorios importantes

El gorro es obligatorio como complemento de ropa de esquí para niños para proteger cabeza y orejas. Evita la bufanda, hace sudar y puede engancharse arriesgándonos a una asfixia, mejor ponle una braga suave con forro polar.  Si se va a tirar en trineo ponle también un casco. La nieve puede esconder piedras y es importante prevenir los golpes porque caerse se van a caer, pero que sea entre risas.

Las gafas de sol y la crema protectora son esenciales en la nieve. En este medio nos arriesgamos a que suden, pasen frio y también a que se quemen con el sol. El sol se refleja en la nieve y éste les pilla muy cerca de la vista y de su sensible piel. Lo que más debe importarte de la ropa para la nieve de tu hijo es que vaya bien protegido y que esté cómodo.

Para los peques que ya andan es muy importante elegir unas buenas botas de nieve o après-ski de buena calidad. Cuida que la suela sea flexible y que cierren bien para que no se les mojen los pies. Si tu bebé aún no anda lo mejor es el porteo. Un buen fular, una mochila o una chaqueta de porteo tanto para mami como para papi, mantendrá a vuestro retoño protegido y calentito y podréis dar largos paseos por la nieve.

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