¿No se arropa? Sacos de dormir para bebé

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Los sacos de dormir para bebé forman como un capullo protector alrededor del cuerpo del niño proporcionándole abrigo y sensación de seguridad. Cuando nosotros nos destapamos, al sentir el frío, encontramos la manta a tientas y nos la volvemos a colocar encima. Un bebé no lo consigue aún, necesita ayuda y, si tú no te das cuenta, sufrirá las inclemencias del tiempo. Es decir, (si nos permites la exageración) se te puede congelar el niño.

Dentro del saco, a tu bebé le costará más girarse en la cama. Con el saco evitamos que tome posturas poco recomendables, como el ponerse boca abajo para dormir. Hay estudios que han demostrado que es mejor para el bebé dormir boca arriba o de lado reduciendo muchísimo la posibilidad de muerte súbita del lactante.

A los niños de mayor tamaño les impide tener soltura para levantarse y salirse de la cuna o de su camita. Los sacos clásicos son como una bolsa de la que solo asoman brazos y cabeza, no les deja andar y mucho menos trepar. El saco de dormir para bebé hace, en dicho caso, las funciones de un vigilante nocturno para escapistas redomados.

¿Existen tallas de saco de dormir?

Pues no solo existen tallas, sino que es muy importante elegir la adecuada para tu hijo o hija. Podemos pensar que da igual, que mejor lo compro grande para que le dure, pero no. Es importante que se sientan arropados, con tejidos más gruesos y mullidos en invierno y de gasas más frescas en verano, ambos sacos con la soltura justa para mover las piernas.

Para estar seguros, es mejor medir al bebé desde el hombro hasta los pies y sumarle unos diez o quince centímetros. De este modo obtenemos un largo cómodo que le deje mover las piernas con soltura. Aunque apliques esta fórmula, fíjate bien en que los brazos y el cuello dejen holgura para su comodidad, pero no la suficiente para que el pequeño pueda salir por ahí o colarse dentro del saco.

Algunos tienen mangas de quita y pon; si te haces con un juego para cada época del año también te asegurarás que el saco vaya creciendo con el niño. Si el saquito de dormir tiene mangas, cuida que no haya gomas que le aprieten la muñeca. Vigila también que las costuras no sean de nylon o que la etiqueta no le moleste.

Abrigar con cariño y con seguridad

Siempre estamos atentos a la temperatura que hace en la calle. Cuidamos muchísimo el abrigo del bebé según el Meteosat, pero ¿prestamos la misma atención a la condición atmosférica de la habitación donde está durmiendo nuestro peque? No siempre o no tan conscientemente como a la temperatura exterior. Pues bien, hay que cuidar ese detalle también.

La habitación en la que duerme tu bebé debe estar entre unos dieciocho a veinte grados y a un cuarenta a sesenta por ciento de humedad. Como no es sencillo mantener las condiciones del clima y la infraestructura de las casas varían mucho, podemos hacerlo ajustando la ropa de nuestro bebé, tanto la suya, añadiendo o quitando gorrito, bodi y calcetines, como cambiando de saco.

En lo que concierne a los sacos de dormir para bebé, encontrarás varios modelos que, combinados con la ropa adecuada, ayudarán a que las condiciones ambientales afecten lo menos posible al chiquitín durmiente. ¿Un truco? Si la nuca de tu bebé está calentita y seca es que está como tiene que estar, si notas que está húmeda es que está pasando calor y debes quitarle alguna capa o ventilar un poquito el cuarto.

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Tipos de saco de dormir para bebés

Todos los sacos de dormir deben aportar sensación de seguridad y abrigo o protección según la época del año. Los sacos para el carricoche, digamos más de paseo, son un envoltorio sin ajuste en los brazos y el cuello. Se trata más bien de un sobre con capucha donde el bebé, vestido de calle, está completamente protegido del frío.

Estos sacos son muy vistosos, para lucir fuera de casa, y suelen ser uno de los regalos favoritos cuando nace un bebé. Los hay más aislantes (casi como para ir a la nieve) y más retro (como los que llevan el exterior de crochet). Pueden ir cerrados con cremallera o botones y suelen poder desmontarse y quedar como una manta rectangular al desenvolverlo quitando los botones de presión.

Hay modelos de sacos de dormir para bebé ajustados a hombros y cuello que están pensados para el asiento de seguridad del coche. Llevan una cremallera que permite crear una separación entre las piernas suficiente para poder poner el cinturón de seguridad. Y es que a veces no queremos despertar a nuestro retoño cuando, bien temprano, lo tenemos que llevar a la guarde o a casa de la abuela.

Evolución

La secuencia de etapas en la vida de un bebé es rápida. Si preparas bien los accesorios te será mucho más fácil adaptarte a esas fases. Por ejemplo, conviene que el saco de dormir para bebé lleve un cierre en su base que te ayude a no desabrigar al niño cuando tienes que cambiarle el pañal. Suelen ser con presillas o cremallera, los botones son un poco menos prácticos en lo que se refiere a velocidad de la acción.

Algunos sacos permiten que vayas ajustando el ancho y el largo al bebé. Estos sacos se diseñaron pensado en la seguridad que transmite el arrullo. Un bebé bien envuelto en una manta se siente seguro, le da una sensación de calma que le ayuda a dormir. Pueden llevar botoncitos a presión o lazos hasta encontrar el ajuste ideal para tu peque.

Esa sensación de seguridad te ayudará cuando cambien de la cuna a una cama. El uso del saco de dormir le hará asociar esa prenda a la hora de irse a la cama. Seguir usándolo al crecer, por lo menos hasta los tres años, crea una constante que hará que en un sitio o en otro sienta calma en su saquito de seguridad y descanse como siempre.

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